LA INTERCULTURALIDAD EN LA R.C.

La interculturalidad en la Reforma Curricular

Con las Licenciaturas en Educación Primaria Intercultural Bilingüe y en Educación Preescolar Intercultural Bilingüe se espera que los futuros profesores desarrollen y adquieran las competencias necesarias para atender la diversidad sociocultural de los alumnos de educación básica y, en particular, la diversidad cultural, lingüística y étnica que caracteriza las aulas de México.

Como en las otras licenciaturas en educación, el proceso de construcción del planteamiento curricular, se caracterizó por ser altamente participativo e incluyente. En su diseño se conformaron equipos de trabajo para fortalecer la interculturalidad en los nuevos planes de estudios y desarrollar dos licenciaturas específicas en Educación Intercultural Bilingüe.

Estas licenciaturas tienen dos propósitos fundamentales: profundizar en la interculturalidad, con una nueva modalidad pedagógica, ante realidades sociales y educativas cada vez más globalizadas y cambiantes, consciente de la pluralidad de los educandos y de sus derechos, y proporcionar la base de una formación docente que atienda la diversidad que caracteriza los alumnos de las escuelas de México.

Las Licenciaturas en Educación Primaria Intercultural Bilingüe y Educación Preescolar Intercultural Bilingüe se articulan en torno a un trayecto específico, dedicado a la interculturalidad, el bilingüismo, el análisis cultural y lingüístico aplicado a la educación, y con una atención preferencial hacia las lenguas y culturas de los pueblos originarios, parte constitutiva y esencial de la nación. Estos han de ser considerados, de manera ineludible, en esta transformación educativa que aspira a la construcción de un nuevo México, fundado en el respeto a la diversidad y a sus derechos, en una auténtica pluralidad cultural y lingüística.

Esta renovación curricular responde al imperativo social y constitucional de preparar docentes responsables ante la diversidad cultural y lingüística del país, así como a una serie de fundamentos de orden sociopolítico, jurídico, cultural y pedagógico.

La creciente heterogeneidad en las aulas de todo el mundo, debido a fenómenos actuales como el de la migración o las comunicaciones, así como la correspondiente necesidad de atender con pertinencia y equidad las particularidades de los escolares, ha derivado en una serie de transformaciones e innovaciones en los enfoques en distintos ámbitos educativos, que son considerados en la actual reforma. Estas transformaciones constituyen un cambio de paradigma en el caso de la interculturalidad, las cuales deben modificar necesariamente las prácticas de enseñanza.

A las distintas expresiones de diversidad cultural de los países, se suma el caso de México, su extraordinaria riqueza aportada por los pueblos originarios. Es por ello que, además de las estrategias educativas que atenderán la diversidad en los planes de estudio, será necesaria la implementación una serie de acciones específicas. Estas han de garantizar el pleno cumplimiento de los derechos educativos y culturales no sólo de los pueblos originarios, sino de todos los mexicanos, miembros de una nación plural.

En los últimos años, diversos movimientos sociales y culturales mundiales, y más concretamente en México y otros países con poblaciones multiétnicas e indígenas, han reivindicado sus legítimos derechos no sólo de existir, manteniendo su identidad, lengua y tradiciones, sino también de pertenecer a naciones plurales, con ricos patrimonios culturales y lingüísticos.

La educación y la defensa de las lenguas son objetivos prioritarios de la actual política pública. Estas demandas y necesidades, compartidas por amplios sectores de la población, se han cristalizado en leyes, declaraciones nacionales e internacionales, así como en reformas políticas, educativas y lingüísticas. Estas amparan y protegen, en un sentido social, ético y jurídico, distintos programas y proyectos educativos e interculturales en México; y dan sustento, a las licenciaturas en educación que contribuyen al logro de la defensa cultural, justicia social e igualdad educativa.

Los cambios tecnológicos y socioculturales plantean, además a todos los profesionales, una realidad compleja, rápidamente cambiante y heterogénea. El futuro docente será capaz de analizar y atender, de manera innovadora y flexible, la dinámica realidad del aula; así como la idiosincrasia de los escolares.

El nuevo profesional de la educación entenderá y analizará la variabilidad entre los alumnos y los contextos. Esa comprensión le permitirá recuperar y articular, dentro del proceso educativo, el enorme potencial personal, sociocultural y multilingüe de sus alumnos en su desempeño docente.

Además de promover el respeto y la igualdad entre distintas culturas y lenguas, los futuros maestros generarán conocimientos pedagógicos adecuados y pertinentes a ese contexto, lingüísticamente equilibrados.

Para lograr este fin se requiere de una educación y de una formación que guíe al docente en el aprovechamiento y disfrute de la diversidad, como recurso pedagógico y social. Pero también, una educación que recupere e investigue esa diversidad para generar un cambio educativo y social más amplio; que analice los enfoques y prácticas convencionales; y que provea a sus alumnos de una formación más equilibrada, pertinente y sensible a sus necesidades y a su contexto.

La investigación en el contexto educativo y de los alumnos constituye actualmente una prioridad en la mayoría de enfoques pedagógicos y propuestas de práctica docente. Esta capacidad para diagnosticar, analizar y articular las necesidades de los escolares se hace particularmente necesaria en contextos heterogéneos, más aún, en aquellos que por razones históricas, políticas o culturales, han sido menos contemplados y sistematizados en sus particularidades, como son las culturas y lenguas minoritarias.

Las actuales corrientes educativas en las que se fundan, los presentes planes de estudio, privilegian un aprendizaje centrado en el estudiante y su contexto, en la flexibilidad y en las competencias. La diversidad es, asimismo, uno de los grandes retos que enfrentan los sistemas educativos contemporáneos. El logro de esta centralidad en el estudiante, con base en la sociedad y la cultura en la que se desenvuelve, requiere de múltiples innovaciones y de un análisis profundo y reflexivo.

Las experiencias educativas de profesores y alumnos en situaciones de profundos contrastes culturales y lingüísticos, sus reflexiones y propuestas, proporcionan una fructífera base, así como un campo privilegiado para la reflexión e innovación, no sólo dirigida a ámbitos locales o particulares, sino también para repensar e investigar en niveles más amplios o genéricos.

El bagaje personal y cultural de estudiantes en contacto con diversas lenguas, formas de entender y vivir el mundo, constituyen un potencial educativo, como el de los propios escolares, que debe ser plenamente aprovechado y recuperado, con el fin de atender los retos de la diversidad y de una educación pertinente y de calidad.

Además de los sustentos teóricos adoptados en la Reforma Curricular, el enfoque intercultural en educación está contribuyendo de manera muy activa en el diseño de propuestas concretas de transformación educativa.

Al igual que en la enseñanza situada, que considera el conocimiento como parte y producto de la actividad del contexto y de la cultura en que se desarrolla y utiliza, el enfoque intercultural, aplicado en educación, lo contempla desde un diálogo e interacción entre las diversas influencias y componentes de un contexto cultural; así como desde una perspectiva interdisciplinar.

Además de sus implicaciones sociopolíticas, éticas, filosóficas o comunicativas, la interculturalidad está ampliando y trasformando algunas de fronteras disciplinares y pedagógicas convencionales, promoviendo y renovando un diálogo entre saberes y estilos de enseñanza-aprendizaje, vinculándolos a experiencias comunitarias y a sus motivaciones.

Lograr un currículo centrado en el aprendizaje del alumno y en su contexto requiere de nuevas investigaciones y de intervenciones innovadoras en múltiples y diversos ámbitos educativos. La educación intercultural, como acumulación de experiencias rigurosas y sistemáticas -que no sólo atienden sino que emanan de la propia diversidad o características particulares del aula- han demostrado el enorme potencial de transformación e innovación de este enfoque interdisciplinar.

La interculturalidad aspira a analizar y mediar no sólo en los procesos concretos de enseñanza-aprendizaje dentro del aula, sino en relación a todo un contexto sociocultural, incluso lingüístico o inter¬lingüístico, que profundice en las distintas concepciones y motivaciones de los actores educativos, en sus aspectos cognitivos y emocionales, como son aquellos que configuran una identidad personal, sociocultural o étnica.

A pesar de sus retos, este plan de estudios, constituye un paso definitivo hacia un replanteamiento y transformación de prácticas educativas convencionales, que han resultado ser poco pertinentes o motivadoras, cuando no profundamente asimétricas y discriminatorias para un amplio sector de la población escolar.

El logro de este diálogo y enfoque intercultural, enriquecedor y productivo para todos los escolares mexicanos, en un país con una realidad cultural y lingüística plurales, requiere de una propuesta pedagógica y de formación docente específica, a desarrollar en los nuevos Planes de Estudio.

Además de un abordaje particularmente interdisciplinar de sus contenidos y competencias (desde campos o subcampos como el de la antropología, la etnolingüística, la lingüística aplicada, la psicología y la pedagogía culturales), la Licenciatura en Educación Primaria Intercultural Bilingüe se funda en la construcción de valores, actitudes y competencias específicos.

Entre éstos se puede destacar el compromiso y la responsabilidad de profundizar en la lengua y la cultura de los pueblos originarios, que permita su equiparación en el ámbito educativo. Esto servirá, además, como un medio para repensar los procesos de investigación y práctica educativa, así como para establecer los fundamentos del análisis sociocultural, una de las principales bases, como se ha comentado, de la pertinencia y la equidad en la intervención educativa.

Asimismo, la promoción del diálogo, la igualdad y el respeto de culturas y lenguas diferentes, entre distintas formas de pensar y actuar, habrá de configurarse no sólo como una competencia profesional y una convicción en todo docente, sino como una práctica permanente y de vida, a desarrollar de manera aún más profunda y específica, por quienes ejercen en contextos de fuertes contrastes culturales y lingüísticos.

Para atender la desigual sistematización y normativización lingüística e investigación de las culturas minoritarias, en concreto de las indígenas u originarias del país, así como de los procesos de asimetría y discriminación sociopolítica, cultural y educativa que han experimentado estos y otros grupos, con características étnicas, religiosas, culturales o de género diferenciadas, se han implementado distintos cursos obligatorios y optativos en la licenciatura relacionados con esta problemática. Así como un trayecto específico y transversal, para promover la investigación y adecuada atención pedagógica de estos grupos humanos dentro un contexto educativo y sociopolítico más atento e incluyente.

Este trayecto tiene también como objetivo principal generar y posibilitar un diálogo, no sólo académico o interdisciplinar, sino específicamente intercultural -desde distintas perspectivas lingüísticas y culturales-, con otros trayectos y cursos de la malla curricular.

La reforma curricular y los planes de estudio que de ella se derivan se sustentan en las tendencias actuales de la formación docente; en las diversas perspectivas teórico-metodológicas de las disciplinas que son objeto de enseñanza en la educación básica y de aquellas que explican el proceso educativo; en la naturaleza y desarrollo de las prácticas pedagógicas actuales y las emergentes ante los nuevos requerimientos y problemas que el maestro enfrenta como resultado de los múltiples cambios del contexto, los cuales impactan de manera notable al servicio educativo, a las instituciones y a los profesionales de la educación. En la fundamentación se consideran las dimensiones social, filosófica, epistemológica, psicopedagógica, profesional e institucional para identificar los elementos que inciden significativamente en la reforma.

Dimensión social.- Dado que la educación es una función social, el análisis de ésta permite dimensionar el papel de la escuela y del docente. La fundamentación de la reforma en esta dimensión incide en la definición de políticas y estrategias a seguir para el fortalecimiento de la educación normal y para que los docentes que se formen en las Escuelas Normales satisfagan la demanda de docentes de la educación básica.

Los diversos y complejos cambios en la sociedad como las formas de organización y de relación, la estructura familiar, los modos de producción, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, el avance y masificación de los medios de comunicación, la aparición de las redes sociales y los avances de la tecnología, son sustento de la reforma para favorecer en los estudiantes una actitud ética ante la diversidad del entorno social, cultural y ambiental que les permita retomar estos elementos como áreas de oportunidad para su intervención educativa.

Dimensión filosófica.- Nuestro sistema educativo sienta sus bases en el marco filosófico del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los principios que de él emanan. El derecho a la educación y los principios de laicidad, gratuidad y obligatoriedad orientan la reforma y los principios de igualdad, justicia, democracia y solidaridad en que se sustenta serán fundamentales para desarrollar el sentido de responsabilidad social y de pertenencia de los futuros docentes.

El marco filosófico en que se inserta la educación normal permea la definición de su normatividad, finalidades y propósitos educativos, así como las competencias a desarrollar por los docentes en formación para que conduzcan de manera pertinente los procesos de aprendizaje de los alumnos de educación básica, en el contexto de la transformación permanente de la sociedad.

Dimensión epistemológica.- Los fundamentos epistemológicos de la reforma curricular abordan la educación normal como un objeto de conocimiento y acción que se torna cada vez más complejo al constituirse en un campo de confluencia disciplinar. Las contribuciones de las ciencias de la educación, pedagogía, psicología, historia, filosofía, antropología y economía, entre otras, sus enfoques y formas de proceder, deberán sustentar permanentemente la actualización de los currículos de la educación normal.

Producir y usar el conocimiento son principios epistemológicos que conducen a reflexionar de manera profunda sobre la forma en que se interpreta, comprende y explica la realidad; los avances de la ciencia son puntos de referencia para entender que el conocimiento se enriquece e incrementa todos los días. Así, los distintos campos de conocimiento relacionados con la educación avanzan, transformando sus propias teorías al igual que lo hacen otras disciplinas científicas.

Lo anterior permite concebir a la reforma curricular como un proceso permanente de cambio, en el que los avances en el conocimiento del campo educativo se incorporan a la propuesta curricular para su transformación y para lograr una visión holística del fenómeno educativo, de sus condicionantes y efectos, que conduzcan a los actores de la educación normal a reflexionar, investigar y resolver problemas de manera pertinente. El seguimiento y la evaluación de la puesta en práctica del currículo son dos procesos inherentes a la reforma, cuyos resultados deberán sistematizarse para sustentar los cambios futuros.

Dimensión psicopedagógica.- Para atender los fines y propósitos de la educación normal y las necesidades básicas de aprendizaje de sus estudiantes, la reforma retoma los enfoques didáctico-pedagógicos actuales que deberán vincularse estrechamente a los enfoques y contenidos de las disciplinas para que el futuro docente se apropie de métodos de enseñanza, estrategias didácticas, formas de evaluación, tecnologías de la información y la comunicación, y de la capacidad para crear ambientes de aprendizaje que respondan a las finalidades y propósitos de la educación básica y a las necesidades de aprendizaje de los alumnos, así como al contexto social y su diversidad.

La expectativa es que los docentes promuevan en sus estudiantes la adquisición de saberes disciplinares, el desarrollo de habilidades y destrezas, la interiorización razonada de valores y actitudes, la apropiación y movilización de aprendizajes complejos para la toma de decisiones, la solución innovadora de problemas y la creación colaborativa de nuevos saberes, como resultado de su participación en ambientes educativos experienciales y situados en contextos reales.

Dimensión profesional.- La conformación sociodemográfica y el perfil académico de quienes se dedican a la docencia han estado marcados por la condición de género, el origen social y el capital cultural que poseen. En la actualidad, la expectativa que atribuye a la escuela y al docente la responsabilidad de la mejora social e individual rebasa su responsabilidad, capacidad y ámbito, ya que solamente puede contribuir a esta mejora. Los múltiples retos que enfrentan estos profesionales hacen necesario que la formación profesional posibilite el análisis y la comprensión de las implicaciones de su tarea.

La profesionalización de los docentes da unidad y sentido a las dimensiones social, filosófica, epistemológica, psicopedagógica, profesional e institucional de la reforma y orienta la definición e implicaciones del enfoque metodológico, de las competencias genéricas y profesionales, de la malla curricular y de otros componentes que sistematizan su diseño.

Dimensión institucional.- En lo que concierne al desarrollo institucional, las Escuelas Normales se transforman debido a su inserción en el tipo superior, lo cual favorece su consolidación en áreas en las que no habían incursionado totalmente como la investigación, la difusión de la cultura y la extensión académica.

Para lograr los propósitos educativos se requiere fortalecer los procesos de gestión institucional con la participación de los miembros de la comunidad escolar, ya que la movilización y potenciación de los saberes, los tiempos, los recursos materiales y financieros, entre otros, implica planificar acciones, distribuir tareas y responsabilidades, dirigir, coordinar y evaluar los procesos y los resultados.

Sus responsabilidades y atribuciones como parte del sistema de educación superior constituyen áreas de oportunidad para fortalecer su estructura académica y organizacional, conservando en todo momento su identidad como instituciones formadoras de docentes de educación básica.

Los fundamentos para lograr esta transformación retoman las teorías, metodologías y concepciones actuales acerca de la organización, la administración y la gestión educativa.

Esta reforma pretende lograr que el estudiante de educación normal, al egresar, elija formas pertinentes para vincularse con la diversa información generada cotidianamente para aprender a lo largo de la vida, por lo que resulta de vital importancia sentar las bases para que desarrolle un pensamiento científico y una visión holística del fenómeno educativo, de sus condicionantes y efectos, que lo conduzcan a reflexionar, investigar y resolver problemas de manera permanente e innovadora. De este modo se puede aspirar a formar un docente de educación básica que utilice argumentos científicos, pedagógicos, metodológicos, técnicos e instrumentales para entender y hacer frente a las complejas exigencias que la docencia plantea.

ACUERDO, número 651 por el que se establece el Plan de Estudios para la Formación de Maestros de Educación Primaria Intercultural Bilingüe.